En el marco de la conmemoración del día del psicólogo, se llevó a cabo la muestra de proyectos de la jornada de aprendizaje que los alumnos han estado realizando durante el semestre. Durante su introducción, se les planteó la importancia de tener un área de especialización y las ventajas de ser un psicólogo colegiado posterior a que obtengan su título.
Alumnos de cuarto semestre que enfocaron su proyecto a la psicología social y laboral, titularon su proyecto «Inclusión laboral»; el cuál consistió en buscar en distintas empresas oportunidades para personas con capacidades diferentes y darles un sentido de pertenencia. Su proyecto arrojó como resultado que sí hay plazas en muchas empresas pero que estas personas no buscan estos trabajos por la falta de información. Su objetivo más grande fue lograr un cambio de mentalidad.
Otros alumnos de cuarto semestre realizaron un taller de sensibilización hacia personas con discapacidad para universitarios, realizando actividades integradoras y sensibilizándolos a través del uso de sillas de ruedas para lograr una mayor empatía.
Para cerrar el día, los alumnos recibieron dos talleres. El primero, impartido por la maestra Guadalupe Samaniego, fue acerca del análisis de la resilencia en los niños a través de una mirada tanatológica. En él, la tallerista comenzó por dar la definición de resilencia, la cuál viene del concepto resilio; que significa saltar hacia atrás. En psicología, resilio es la capacidad del ser humano para sobreponerse al dolor emocional y continuar con su vida. Asimismo, puntualizó que los niños son más capaces de adaptarse a este tipo de pérdidas o duelos porque no están acostumbrados a tantas experiencias y no manejan prejuicios; en cambio los adultos poseen un pensamiento más limitado. A través de las perspectivas familiar, individual y social; la tallista analizó estos conceptos con los alumnos.
Por otro lado, también se llevó a cabo el taller por trastorno de Déficit de Atención, el cuál fue impartido por la maestra Mónica Silerio, quien impartió material didáctico con pruebas psicométricas y de valor para poder diagnosticar niños a través de autoevaluaciones. Todo esto con el fin de poder conocer características impulsivas que los niños tienen y detectar cuáles son sus soluciones al lidiar con la frustración. La tallerista puntualizó que para el diagnóstico de un niño con déficit de atención es a partir de los tres años, sin embargo, se puede comenzar a trabajar con él a partir de los cinco.